Efecto de la desregulación en WhatsApp y otras aplicaciones de comunicación OTT
La aparición y el dominio de las aplicaciones de comunicación Over-the-Top (OTT), como WhatsApp, Telegram y Signal, han provocado un profundo efecto de desregulación en el sector de las telecomunicaciones a nivel mundial.
Estas aplicaciones ofrecen servicios de mensajería, voz y video a través de internet, sin someterse a las estrictas normativas y obligaciones de las empresas tradicionales de servicios de telecomunicaciones (TSPs).
Las economías de escala y los efectos de red dan lugar a la concentración de poder por parte de los gigantes tecnológicos que operan las principales plataformas OTT, planteando serias preocupaciones sobre la competencia, la interoperabilidad, la innovación y la protección de datos de los usuarios.
¿Qué es el Efecto de Desregulación?
El efecto desregulador (“deregulatory effect”) se refiere a las políticas o decisiones que eximen o regulan mínimamente estas aplicaciones OTT, permitiéndoles operar con menos obligaciones (como tasas de licencia, tarifas de espectro y mandatos de infraestructura) que los proveedores de servicios de telecomunicaciones (PST).
Esta situación da lugar a cierta arbitrariedad regulatoria, dando lugar a un contexto en el que las OTTs evitan costos significativos, mientras utilizan infraestructura de red de las TSPs (las empresas tradicionales de servicios de telecomunicaciones ). Esto tiene profundas implicaciones para la innovación, la competencia, el acceso de los consumidores y la seguridad.
Impacto de la desregulación en la innovación del sector de las telecomunicaciones
Habitualmente se plantea como un efecto positivo de la menor regulación de los servicios OTT, que ha fomentado un entorno dinámico para la innovación y el crecimiento en la economía digital, especialmente para las empresas emergentes, a las que les resultaría difícil asumir los costes de las licencias y el cumplimiento normativo exigidos a los operadores tradicionales. Esto habría permitido:
- El surgimiento de innumerables startups digitales
- Nuevos modelos de negocio (UCaaS, CPaaS…)
- Aparición y crecimiento de nuevas funcionalidades de comunicación (IM, Videollamadas…)
- Expansión de servicios gratuitos globales (eliminación de barreras de comunicación internacionales, incremento de la frecuencia de comunicaciones…)
Pero en la práctica, a pesar de la promesa inicial de un panorama de comunicaciones totalmente abierto y descentralizado impulsado por las tecnologías Over-The-Top (OTT), el mercado global de OTT de comunicaciones ha terminado siendo altamente concentrado y dominado por unos pocos actores —por ejemplo, WhatsApp/Meta, Apple iMessage/FaceTime, Google Messages, Telegram, WeChat, etc. Esta concentración está conduciendo al sector a una oligarquía digital con un poder competitivo que sobrepasa el de muchos operadores sobre cuya infraestructura está operando su servicio.
Efectos de la desregulación sobre la competencia
Cabría esperar que la desregulación favoreciese el surgimiento de un mercado más competitivo, y quizás así fué en una primera etapa, pero a medida que el mercado ha madurado se ha revelado una preocupante tendencia hacia la concentración de poder en unas pocas empresas, que extienden su dominio a lo largo y ancho del planeta..
Economías de escala que favorecen la concentración del mercado en grandes tecnológicas:
El coste marginal de añadir nuevos usuarios es casi cero, ya que una vez que la plataforma está establecida no necesita grandes inversiones adicionales, pudiendo llegar a ofrecer el servicio gratis o casi gratis, dificultando la entrada de nuevos competidores, y dominando mercados enteros rápidamente.
Efectos de red muy agresivos
Cuanto más gente usa un servicio de mensajería o llamadas, más útiles son. Cambiar de un servicio a otro (por ejemplo de Whatsapp a Telegram o Signal) no es una decisión individual, ya que dependen ciertamente de que tus contactos hayan adoptado la misma tecnología que tú para que la comunicación se produzca.
Algunas regulaciones como “La ley de mercados digitales” (DMA) europea, aprobada ya en 2023 pero que empieza a ser efectiva ahora (noviembre de 2025), exige a Whatsapp que ofrezca a sus usuarios la posibilidad de conectarse con personas que utilicen servicios de mensajería de terceros. Esta interoperabilidad se está desplegando de forma gradual, en parte justificado por desafíos técnicos como son el mantenimiento del encriptado E2E en las comunicaciones con servicios de terceros. La compañía ha anunciado que las funciones de interoperabilidad se ampliarán en el futuro a conversaciones grupales, llamadas de voz y videollamadas, con una hoja de ruta que se extiende hasta 2027 (MyComputer).
Reducción de ingresos para las empresas de telecomunicaciones
Los operadores de telecomunicaciones experimentaron una caída mínima del 40% en los ingresos promedio de sus servicios “legacy” entre 2010 y 2022.
El cambio del tráfico de voz y mensajería a aplicaciones como WhatsApp ha impactado significativamente los ingresos de las empresas de telecomunicaciones tradicionales, que argumentan que las aplicaciones OTT tienen una ventaja injusta debido a una regulación más laxa.
Un informe de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT 2017) ya indicaba que se esperaba que los servicios OTT causarían una pérdida de ingresos de 21 mil millones de euros para las telecomunicaciones en Europa solo en 2018.
La disrupción de los OTT ha erosionado los márgenes de beneficio en segmentos de mercado que antes eran altamente rentables, como las llamadas de voz internacionales y los SMS. Por ejemplo en 2014, el crecimiento del tráfico de Skype fue casi un 30% superior al crecimiento del volumen de todos los operadores combinados en el mundo; entre 2012 y 2022 el tráfico de SMS se redujo en más del 40% a nivel mundial.
Si bien es cierto que la voz o los SMS, han visto reducido sus cifras de negocio, los servicios OTT en su conjunto, han impulsado una gran demanda de los servicios de datos, justificando la inversión en infraestructuras como el 5G para soportar una mayor demanda de datos.
Los operadores han buscado compensar las pérdidas centrándose en el cobro por servicios de datos, el service bundling y el desarrollo de plataformas digitales propias.
Desregulación de las OTTs y riesgos para la seguridad y privacidad de los usuarios
La desregulación dificulta la interceptación legal y el control del spam.
Interceptación legal y cifrado extremo a extremo:
El cifrado de extremo a extremo de WhatsApp impide el acceso a las fuerzas del orden, lo que genera preocupaciones de seguridad nacional.
El cifrado de extremo a extremo (E2EE, por sus siglas en inglés) en WhatsApp garantiza que solo el emisor y el receptor de los mensajes puedan leer su contenido. Ni siquiera WhatsApp, ni las fuerzas del orden, pueden interceptar y leer los mensajes porque no poseen las claves criptográficas necesarias para descifrarlos.
El E2EE se aplica de forma predeterminada a mensajes, llamadas, fotos, vídeos, notas de voz, documentos y actualizaciones de estado, sin necesidad de activar ninguna configuración especial. Debido al E2EE, WhatsApp no puede, técnicamente, entregar el contenido de los mensajes de los usuarios en respuesta a solicitudes gubernamentales o requerimientos legales. WhatsApp cuenta con un equipo dedicado que revisa y responde a las solicitudes de datos de las fuerzas del orden según la ley aplicable y sus políticas
Las solicitudes legales de las autoridades se limitan a los metadatos y otra información de la cuenta no protegida por E2EE. Aunque el contenido de tus mensajes está protegido por el cifrado de extremo a extremo, la información sobre tu actividad y uso del servicio sí es recopilada por WhatsApp. Los principales tipos de metadatos no cifrados que recopila WhatsApp incluyen:
- Quién: Tu número de teléfono y los números de teléfono de tus contactos.
- Cuándo: Las marcas de tiempo (sellos de tiempo) que registran cuándo se enviaron, entregaron y leyeron los mensajes, así como la frecuencia y duración de tus comunicaciones.
- Cómo: Información sobre tus patrones de interacción, por ejemplo, con quién hablas más a menudo.
- Dónde (Ubicación general): Tu dirección IP, que puede usarse para determinar tu ubicación general o país.
- Información del dispositivo: Detalles sobre tu dispositivo móvil, como el modelo, el sistema operativo y la versión de la aplicación.
- Información de perfil: Tu nombre de perfil, foto de perfil e información sobre ti («info»).
- Datos de la cuenta: Información de registro y facturación (WhatsApp Business Platform).
- Información de grupos: Detalles sobre los grupos a los que perteneces (nombre del grupo, fecha de creación, quién es administrador), aunque no el contenido de los mensajes dentro del grupo.
Estos metadatos, aunque no revelan el contenido exacto de lo que dices, pueden ser muy reveladores sobre tus relaciones, rutinas, ubicación y actividades, y son los datos que WhatsApp puede verse legalmente obligado a entregar a las autoridades bajo una orden judicial válida.
Telegram por su parte tiene una política de privacidad que indica que proporcionará la dirección IP y el número de usuarios sospechosos de actividades criminales graves, si recibe una orden judicial válida. Reportes de enero de 2025 indican que Telegram entregó datos de miles de usuarios a nivel mundial a las fuerzas del orden, lo que representa un aumento en su nivel de colaboración. Solo en España, a fecha de octubre de 2025, se facilitaron datos sobre 3.482 usuarios tras 213 solicitudes, lo que evidencia una cooperación tangible.
La regulación europea actual no prohíbe el cifrado de extremo a extremo (E2EE), pero existe un intenso debate y propuestas legislativas (como el polémico proyecto de ley conocido como «Control de Chat») que buscan introducir mecanismos que permitan el acceso de las fuerzas del orden a las comunicaciones cifradas, lo cual, en la práctica, implicaría debilitar dicho cifrado. Otros países como China, Irán, Rusia, Korea del Norte o Pakistan restringen severamente o prohíben de facto el uso de cifrado fuerte o de extremo a extremo (E2EE), ya sea mediante la prohibición directa de la tecnología o mediante la exigencia de puertas traseras que lo debilitan.
Spam
El spam a través de plataformas OTT (por ejemplo, el phishing en Telegram) elude los filtros de los proveedores de servicios de telecomunicaciones; se estima que en 2024 India reportó más de 10 millones de incidentes de spam diarios.
El tipo más común de spam aquí son los mensajes no solicitados, a menudo enviados masivamente desde computadoras o cuentas automatizadas. Estos mensajes pueden contener publicidad, enlaces a contenido inapropiado, intentos de phishing o propagación de malware.
WhatsApp ha implementado límites al reenvío de mensajes para frenar la propagación masiva de spam y desinformación.
Meta (empresa matriz de WhatsApp) ha reportado la eliminación de millones de cuentas vinculadas a centros de estafas criminales en todo el mundo. En agosto de 2025 se anunció la eliminación de 6,8 millones de cuentas fraudulentas para combatir los fraudes, muchos de ellos potenciados por IA.
Estafas potenciadas por IA
Una tendencia alarmante es el uso de inteligencia artificial para estafas. Se han reportado métodos en los que los ciberdelincuentes utilizan IA para clonar la voz de un familiar a partir de grabaciones cortas y, mediante mensajes de voz de WhatsApp, solicitan ayuda o dinero, engañando a las víctimas.
Perspectiva corporativa: Whatsapp y otras apliccacione OTT como Shadow IT
Las aplicaciones de mensajería OTT (Over-The-Top), como WhatsApp y Telegram, pueden considerarse un problema de seguridad significativo para las organizaciones al funcionar como Shadow IT (TI en la sombra).
Shadow IT se refiere al uso de sistemas, dispositivos, software, aplicaciones y servicios sin la aprobación explícita del departamento de TI de la organización. Las apps de mensajería son un ejemplo clásico, y pueden traer consigo problemas como:
- Fuga de datos confidenciales
- Falta de control y visibilidad
- Vulnerabilidades de seguridad no gestionadas
- Incumplimiento normativo
- Riesgos de phishing y malware
La administración pública frente al uso desregulado de Whatsapp y otras aplicaciones OTT:
En algunos entornos muy regulados, existe la obligación de registrar y archivar las conversaciones por cualquier medio por cuestiones de transparencia (por ejemplo directivos de bancos, políticos…).
El Consejo para la Transparencia y el Buen Gobierno, el organismo que vela por el cumplimiento de la ley en España, ha tenido que mediar en solicitudes de información que se habían gestionado por WhatsApp. Su postura general ha sido que, si la comunicación trata sobre asuntos públicos, es información pública, independientemente de la herramienta utilizada.
Sin embargo, también ha dictaminado, en casos concretos, que los mensajes de WhatsApp en teléfonos de funcionarios públicos son privados si forman parte de un dispositivo privado y no hay gestión corporativa, lo que genera una zona gris legal y un debate constante.
La ley no prohíbe WhatsApp, pero las exigencias de la ley (archivo, registro, acceso) hacen que el uso de medios no controlados sea inviable para una gestión formal y segura de asuntos públicos.
Apostar por el cumplimiento legal con soluciones de comunicación empresarial
Las soluciones de comunicaciones unificadas modernas, como Quobis Collaborator, Microsoft Teams, etc.. están diseñadas para igualar la experiencia de uso de las aplicaciones OTT mainstream, pero garantizando el cumplimiento normativo, de registro y transparencia exigibles a un contexto corporativo, que en ningún caso se puede regir por los mismos principios de las comunicaciones personales.
